¿Cómo trabaja Google Translate? (II)

En cuanto a la calidad, la sofisticación técnica del sistema de Google avanza a marchas forzadas, y los resultados son cada vez mejores en según qué ámbitos y con según qué idiomas. Sin embargo, el Traductor de Google no es capaz a fecha de hoy todavía de producir un texto libre de errores ni de dar al texto el matiz o el estilo necesario en función del destinatario del texto.

Si optamos, por ejemplo, por instalar el widget de Google Translate para que, cuando el cliente alemán pulse la banderita alemana de nuestra web, se le traduzca automáticamente la página, es probable que el texto presente errores, lagunas e imprecisiones, con la consiguiente falta de comprensión por parte del cliente potencial y el perjuicio para la imagen de nuestra empresa. Si utilizamos Google Translate para traducir automáticamente al alemán una campaña publicitaria diseñada para consumidores españoles y lanzarla en el mercado alemán sin adaptación ninguna, los resultados pueden ser directamente desastrosos. Ni qué decir tiene en el caso de textos humanistas o literarios.

Hoy en día, la mejor manera de saber si el Traductor de Google es adecuado para nuestros fines es utilizarlo primero y preguntar después a un nativo qué opina de la traducción generada por la máquina. Al ritmo que avanza la técnica, puede que en un futuro no muy lejano esto ya no sea necesario, pero hoy en día los resultados de una traducción automática todavía pueden ser muy inciertos.

(Para ver la parte I haz clic aquí)

¿Cómo trabaja Google Translate? (I)

Creado en el año 2001, Google Translate es un traductor gratuito en línea capaz de realizar traducciones entre 64 lenguas diferentes, entre ellas naturalmente el castellano, catalán y alemán. Se calcula que 200 millones de usuarios lo utilizan cada mes y, al igual que otros traductores en línea, utiliza gigantescas bases de datos de documentos multilingües y un sistema de búsqueda estadístico para encontrar la mejor traducción.

Las bases de datos de Google aumentan a medida que los usuarios utilizan el sistema, por lo que todos los textos y documentos manejados con el Traductor de Google se quedan en la red, y pueden acceder a ellos otros usuarios del sistema. La ausencia absoluta de confidencialidad es un factor que conviene recordar a la hora de saber en qué casos se puede utilizar Google Translate y en cuáles no.

En cuanto a la calidad, la sofisticación técnica del sistema de Google avanza a marchas forzadas, y los resultados son cada vez mejores en según qué ámbitos y con según qué idiomas. Sin embargo, el Traductor de Google no es capaz a fecha de hoy todavía de producir un texto libre de errores ni de dar al texto el matiz o el estilo necesario en función del destinatario del texto.

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